Análisis preliminar del comportamiento de la oferta y demanda de profesionistas de Ciencias de la Tierra en el sector minero
Por: Ing. Alfonso Martínez / Inteligencia Minera
A partir del año 2003, la industria minera mundial y, en forma muy particular, la industria minera mexicana, experimentaron un crecimiento vigoroso y sostenido, producto del proceso de industrialización de China. En los siguientes 10 años, el valor de la producción minera del país se multiplicó por cuatro. Sin embargo, a partir de 2013, se inició una etapa de contracción de la minería a nivel mundial que rompió el ritmo de la apertura de nuevas minas en el país.
Durante la década de bonanza, el país fue capaz de abrir 3 o 4 unidades mineras de escala mayor cada año. En cuanto a la inversión en exploración minera, en 2003 se destinaban en México US$ 78.8 millones; durante 2012 el país alcanzó el máximo histórico de inversión con US$ 1,194.7 millones; cifra que representa 15 veces más de lo gastado en 2003. Ya para 2019 la inversión en exploración se había contraído a US$ 588 millones.
El número de empresas juniors de exploración activas en el país, pasó de 63 en 2003, a 267 en 2013, reduciéndose para 2019 a 238.
La frenética actividad de exploración desatada en 2003 y los extraordinarios resultados positivos que arrojó en un período muy corto, sorprendió al país desprevenido en cuanto a la disponibilidad suficiente de profesionistas relacionados con las Ciencias de la Tierra (CT), conformadas por Geología, Técnico Superior en Minería, Minería, Metalurgia y Minas, Metalurgia y Geofísica. El país no estaba preparado para abastecer la gran cantidad de profesionistas que demandaba el sector. Pronto se dio el proceso del encarecimiento de los profesionistas del ramo, la importación de ingenieros de otros países y la pre-contratación de estudiantes de los últimos semestres por parte de las grandes empresas productoras.
Ante esta situación, las diferentes agrupaciones gremiales: Cámara Minera de México (CAMIMEX), Asociación de Ingenieros de Minas, Metalurgistas y Geólogos de México (AIMMGM), Sociedad Geológica Mexicana, (SGM), promovieron y alentaron el ingreso de jóvenes a estas carreras y canalizaron recursos para otorgar becas a estudiantes de manera masiva. Rápidamente, las carreras de CT fueron clasificadas como las de mayor futuro y mejor pagadas en la industria. En 2008, CAMIMEX crea el Fideicomiso de Apoyo a Estudiantes y Profesores, otorgando soporte a las 12 Universidades del país.
En 2007, la población estudiantil total matriculada en las 15 Universidades más importantes en las que se impartían las carreras de CT, ascendía a:
Población en las carreras de Ciencias de la Tierra 2002 – 2007
Entre 2002 y 2007, se tuvo un promedio total de ingresos anuales en todas las carreras de CT de 660 estudiantes por año.
La respuesta a la campaña de promoción dio resultados rápidamente. Hacia el final de la primera década del siglo, la matrícula de alumnos de nuevo ingreso a las licenciaturas de CT en las Universidades que ofrecían estas carreras, registró un crecimiento importante. Por otro lado, de forma improvisada, empezaron a surgir un gran número de Instituciones de Educación Superior (IES), que, ofrecían algunas de las carreras de CT. De acuerdo a los datos de la Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Educación Superior (ANUIES), existen actualmente 53 instituciones públicas que ofrecen 11 carreras relacionadas con CT.
A partir de 2013 el valor de la producción minera de México ha ido decreciendo constantemente y la inversión en exploración también. En ese año se cerró el ciclo de bonanza de la minería mexicana.
Debido a la falta de coordinación entre la industria minera y las escuelas de CT, no se transmitió oportunamente, el cambio en las condiciones de mercado.
Durante 5 años, ingresaron a las carreras de CT un promedio anual de 3,446 nuevos estudiantes y con una industria minera en desaceleración.
Para el caso particular de la carrera de Geología, la matrícula total brincó entre 2012 y 2016 un 36.6%.
En estos 5 años, ingresaron anualmente a la carrera de geología un promedio de 771 nuevos estudiantes.
La situación de los estudiantes de Minas es más alarmante. Algunas IES ofrecen la carrera como Ingeniería en Minas:
En el período de estos 5 años, ingresaron anualmente a la carrera de Ingeniero de Minas un promedio de 497 nuevos estudiantes.
En otras instituciones se ofrece la carrera de Ingeniería en Minas y Metalurgia. En ellas, el crecimiento de la matrícula de nuevo ingreso es más moderada:
Durante estos 5 años, anualmente se inscribieron en dicha carrera un promedio de 285 nuevos estudiantes.
A las poblaciones de estudiantes de Minas y de Minas y Metalurgia, habrá que agregar los estudiantes de las diferentes Universidades Tecnológicas e Institutos Tecnológicos, que con un Plan de Estudios de 3 años, egresan como Técnico Superior Universitario en Minería y Metalurgia. En 2013 el número de estudiantes de primer ingreso que se inscribieron en estas Universidades Técnicas, se multiplicó por 7.5 con respecto a 2012 y a partir de 2013, la matrícula de primer ingreso anual promedio, fue de 556 nuevos estudiantes.
A partir de 2013 el número de alumnos de nuevo ingreso a las Universidades Tecnológicas, superaba a las matrículas de nuevo ingreso de las carreras de Minas y Minas y Metalurgia.
En el caso de las profesiones relacionadas especificamente con metalurgia, se agruparon las carreras de Metalurgia, Químico Metalúrgico y Metalurgia y Materiales:
En el 2013, se inscribieron en las carreras asociadas a la Ingeniería en Metalurgia 769 estudiantes, lo que representa un incremento del 18.8 % con respecto al año previo. En promedio, en estos cinco años, anualmente se inscribieron en estas carreras 752 nuevos alumnos.
Finalmente, las cifras relacionadas con la carrera de Geofísica indican que, entre el año 2012 y el año 2016, la matrícula total de Geofísicos se incrementó 53%.
Si bien los geólogos, metalurgistas y geofísicos tienen un campo de acción mucho más amplio que únicamente la industria minera: petrolera, geotecnia, hidrogeología, metalmecánica, entre otras, el Ingeniero en Minas o Minas y Metalurgia si dependen más estrechamente de la industria minera y su cadena de proveeduría.
Ante lo preocupante de estos números, la Comisión de Educación de la CAMIMEX se enfocó en realizar un análisis prospectivo de los posibles escenarios de contratación por parte de la industria en el futuro inmediato. Entendiendo lo complejo y ambicioso que resulta planear la contratación a futuro en una industria tan sensible a los ciclos económicos, se decidió realizar una encuesta en dos sentidos: primero: cuestionando sobre las cifras de las potenciales contrataciones a futuro y, por otro lado, revisar el número de contrataciones realizadas en el pasado inmediato. Aunque únicamente 18 empresas respondieron el cuestionario, están incluidas las empresas productoras mexicanas más grandes y algunas de las empresas mexicanas productoras financiadas desde el extranjero. Hay que aclarar que en las encuestas no están incluidas las 238 empresas junior que se encuentran activas en el país, ni tampoco los profesionistas que participan en la cadena de proveeduría servicios del sector, por lo que las cifras finales sólo pueden tomarse como indicativas para contar con un punto de referencia inicial que permita conocer la situación real que guarda la Oferta y Demanda de profesionistas en la industria minera mexicana.
Los resultados para el pasado reciente son los siguientes:
CONTRATACIONES 2013 – 2019
Fuente CAMIMEX 2020
En el escenario para el futuro inmediato las proyecciones son las siguientes:
PROYECCIONES DE CONTRATACIONES 2020 – 2024
Fuente CAMIMEX 2020
El caso específico de los Ingenieros de Minas, sigue el mismo patrón, pronosticándose contratar un promedio anual de 95 Ingenieros de Minas entre 2020 y 2024, 15% menor al promedio contratado entre 2015 y 2019.
La contratación de Geólogos se mantendrá mucho más estable. Entre 2015 y 2019 se contrató un total de 270 Geólogos, un promedio anual de 54 geólogos y el ejercicio prospectivo pronostica la contratación de 51 geólogos por año entre 2020 y 2024. En este caso en particular, habría que considerar que mientras los precios internacionales de los metales se mantengan en los niveles actuales o inclusive sigan al alza, la actividad de las empresas junior se incrementará y seguirán contratando geólogos.
Los profesionales de la metalurgia contratados entre 2015 y 2019, totalizó 337 profesionistas; un promedio de 67 metalurgistas por año. Las empresas tienen contemplado contratar entre 2020 y 2024, 262, un promedio anual de 52 por año, lo que significa una caída del 22% en la demanda laboral del mercado. Igualmente habría que añadir las contrataciones por parte de las empresas prestadoras de servicios y de la cadena de proveeduría al sector.
En cifras, el caso de los Ingenieros Geofísicos tendrá un comportamiento similar al de los profesionistas de la metalurgia. Entre 2015 y 2019 se contrataron 9 Ingenieros geofísicos y el ejercicio prospectivo contempla la contratación de 7 entre 2020 y 2024. Una caída del 22%.
Conclusiones
- Los pronósticos de contratación por parte de las empresas afiliadas a la CAMIMEX señalan que, demandarán en promedio 100 Ingenieros de Minas por año en los próximos 4 años. Hay que subrayar que esta cifra deberá ser multiplicada por 2 o por 3, ya que no se considera a las empresas prestadoras de servicios y de la cadena de proveeduría de la industria.
- En el caso de los profesionistas en geología, los pronósticos de las empresas afiliadas a CAMIMEX, es contratar entre 2020 y 2024, un promedio anual de 51 profesionistas. Igualmente, habrá que estimar un número superior en el que queden considerados los geólogos contratados por las empresas de exploración, los prestadores de servicios y las empresas proveedoras. Sin embargo, todo indica que la oferta excede a la demanda.
- La industria minera pronostica poder absorber, entre 2020 y 2024, un promedio de 52 Metalurgistas, Químicos Metalúrgicos y Metalurgistas en Materiales por año. Las diferentes instituciones de educación superior reportaron un promedio de nuevos ingresos anuales a la carrera de 752 alumnos.
- Finalmente, el caso de los Ingenieros Geofísicos que pretendan desarrollarse en el sector minero. El promedio de nuevos ingresos anuales a la carrera fue de 411 alumnos por año, entre 2012 y 2016. Es evidente que esta profesión tiene un campo mucho más amplio dentro del sector petrolero e hidrológico. En minería, la exploración geofísica en México, es realizada por empresas de servicios especializadas y las empresas mineras generalmente no cuentan con departamentos de geofísica integradas a su estructura organizacional.
- La conclusión más clara es que el sistema de educación superior en el país, está preparando una cantidad de profesionistas de Ciencias de la Tierra, los cuales, muy probablemente no podrán ser absorbidos en su totalidad por la industria mineral.
Es necesario mantener un registro detallado de la población de egresados, conociendo su situación laboral, crecimiento profesional, el área en que se desarrolla, sus tendencias de especialización, sus ambiciones académicas, su permanencia o apartamiento del sector.
Las empresas mineras, dentro de los programas de capacitación a empleados recién egresados contratados, deberán implementar programas de intercambio temporal con empresas mineras de otros países, para fortalecer el conocimiento práctico de las diversas actividades que conforman la ingeniería de minas, exponerlos a experiencias sociales diferentes, a tecnologías de punta y acelerar el aprendizaje de otro idioma.
De igual forma, las empresas, en conjunto con las universidades, deberán buscar mecanismos para que estas últimas cuenten con equipos de cómputo y paquetería digital adecuados, para preparar a los alumnos en el manejo del “big data”, derivado de la proliferación de sensores inalámbricos, con lecturas en tiempo real de un sinfín de variables, físicas, químicas y termodinámicas que regulan las diferentes actividades que conforman una operación minera y que revolucionarán la forma de administrar cada fase o proceso de su ejecución.
Esta población de muchachos recién egresados, representa una gran oportunidad para la industria minera. Deberían ser aprovechados como agentes de enlace e información entre la industria y la sociedad, para difundir lo que realmente es la minería sustentable del siglo XXI.