Evitar que se vayan de las empresas
Por: Juan Manuel González C.
En un año 2020 marcado por la crisis y la incertidumbre, las decisiones que las empresas tomen hoy, tendrán efectos serios en igualdad de género en el trabajo en las décadas por venir. Durante seis años, una organización muy seria de los Estados Unidos ha realizado estudios de la situación de la mujer en el trabajo. Este esfuerzo ha permitido medir el progreso de la participación de la mujer en las empresas. Han participado 317 empresas importantes, se ha entrevistado a más de 40 mil personas y se han realizado mas de 45 entrevistas profundas a líderes de negocios. Este año el estudio se desarrolló en los meses de junio, julio y agosto.
Los eventos que se han presentado este año han vuelto de cabeza los lugares de trabajo. Muchísimos empleados están librando duras batallas en sus trabajos y sienten que no se desconectan de su empleo en todo el día y que la línea divisoria entre el trabajo y el hogar se ha borrado por completo; se preocupan por la salud y por las finanzas de la familia. El desgaste mental es un gran problema real.
Particularmente, las mujeres se han visto afectadas negativamente, muchas han sido despedidas o suspendidas durante la crisis del COVID, obstaculizando sus carreras y poniendo en riesgo su seguridad financiera. La pandemia ha intensificado los retos a los que ya se enfrentaban las mujeres. Su doble o triple turno es hoy más pesado y dedican mucho tiempo al cuidado de los hijos y del hogar. Hoy, el apoyo que hacía posible que se concentraran más en su carrera – la asistencia a la escuela y el cuidado de los niños pagado a terceras personas- se ha suspendido.
Como resultado de esta nueva dinámica, más de una de cada cuatro mujeres están considerando lo que hasta hace siete meses nadie había siquiera imaginado: bajar considerablemente el ritmo de sus carreras o incluso, abandonar completamente el trabajo. Lo anterior da al traste con los avances logrados por las mujeres en el mundo corporativo y del trabajo. Y si estas mujeres se ven forzadas a abandonar su trabajo, terminaremos con muy pocas mujeres líderes de negocios y mucho menos mujeres en camino a convertirse en futuras líderes.
Por supuesto que la otra cara de la crisis representa nuevas oportunidades. Si las empresas hacen lo necesario para que los lugares de trabajo sean más empáticos y flexibles, pueden retener a los empleados más afectados por la crisis.
Hasta inicios de este año, la representación de las mujeres en las corporaciones se movía en la dirección correcta. El porcentaje de mujeres en puestos de vicepresidente aumentó de 23 a 28% y la representación en los puestos ejecutivos llamados C-suite aumentó de 17% a 21%. A pesar de estos avances, el famoso “techo de vidrio” -impedimentos que encuentran las mujeres para ascender en el mundo de los negocios-, ha sido la mayor barrera que limita su avance.
Muchas empresas han tomado importantes medidas para apoyar a los empleados durante la pandemia, les facilitan herramientas y recursos para ayudarlos a trabajar de manera remota. Sin embargo, muy pocas empresas están tomando medidas para ajustar las normas y expectativas que más afectan en el estrés y agotamiento de los empleados.
Menos de un tercio de las empresas han ajustado sus criterios de desempeño tomando en cuenta los retos creados por la pandemia. Lo anterior significa que muchos empleados tendrán que resignarse a verse bajos en los criterios de desempeño establecidos antes de la pandemia y que hoy son poco realistas, o a esforzarse o a tratar de mantener el buen ritmo que llevaban y que hoy se hace insostenible por la crisis del COVID.
Décadas de estudios muestran que las mujeres realizan significativamente más trabajo en casa y cuidado de los hijos en comparación con los hombres -tanto más, que por ello se dice que trabajan doble turno-. Hoy las mujeres, y las madres en particular están desarrollando durante la pandemia jornadas de trabajo en casa mucho más pesadas, ellas invierten 1.5 veces más horas por día que los hombres en trabajo en casa y cuidado de los hijos. Y los retos son aun mayores para aquellas mujeres que no tienen esposo.
Dados los enormes retos que las madres afrontan en su trabajo en las empresas y su trabajo en el hogar, sucederán dos cosas sin lugar a duda: muchas mujeres están considerando, de ser posible, disminuir las horas de trabajo en la empresa, o decidirán dejar de trabajar y dedicarse de lleno al hogar y la familia. Las mujeres que están considerando lo anterior, argumentan principalmente sus responsabilidades del cuidado de los hijos como primera razón.
Las empresas necesitan un plan exhaustivo para apoyar a las mujeres en la igualdad de oportunidades en el trabajo. Las siguientes acciones son altamente recomendables para evitar que se vayan de las empresas:
- Preparar un plan convincente para la diversidad de género.
- Invertir más en capacitación y entrenamiento.
- Que los empleados sientan que la contratación, promociones y revisiones de desempeño se hacen de manera justa.
- Establecer con claridad los criterios de medición de desempeño y resultados y enfocarse en ellos.