Otis, la fuerza de la naturaleza

Para quienes asistimos a la XXXV Convención Internacional de Minería en Acapulco, fue una sorpresa mayúscula vernos inmersos en el ojo del huracán Otis. Fue una sorpresa porque no esperábamos que tocara tierra con la fuerza de 325 kilómetros por hora y que ocasionara daños tan severos a todo el puerto.

Muchos de los visitantes, nacionales y extranjeros, quedamos estupefactos porque nunca habíamos pasado por una situación de ese tipo y, sobre todo, del huracán más fuerte registrado en la historia del Pacífico oriental, y en México; según información del registro de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica, Otis está catalogado como el huracán más peligroso de la historia mexicana.

Convencionistas, panelistas, periodistas, la mayoría involucrados con la industria minero-metalúrgica y hasta personas residentes de Acapulco, cuentan sus experiencias y emociones durante y después del huracán. En Acapulco y a la distancia, porque no sólo quienes estuvimos en Acapulco fuimos impactados por la incertidumbre, también los que se encontraban lejos del puerto vivieron momentos de angustia por la incomunicación y las imágenes devastadoras que se replicaban en redes sociales y medios de comunicación.

Son historias que nos permiten conocer de viva voz la angustia, el estupor, la estupefacción que causó el huracán considerado, en primera instancia, como tormenta tropical y que pasó a huracán categoría 5 en menos de 24 horas.

También es conveniente resaltar que durante y después del huracán no se reportaron entre los convencionistas desgracias personales que lamentar. Y muchas personas tuvieron la oportunidad de contar su experiencia desde su propia perspectiva. Aquí las reseñas de cómo vivieron el lamentable fenómeno natural. 


APOYOS APROBADOS POR EL CDN DE LA AIMMGM PARA APOYAR AL PUERTO DE ACAPULCO

▶ 1,700 Despensas para  los empleados de los hoteles Palacio, Pierre y Princess con un valor de  $1,540,200.00. 
▶ Renta por  dos meses  de una RETROEXCAVADORA CASE 580 N y cuatro CAMION VOLTEO INTERNATIONAL 7 M3. Costo estimado un millón de pesos para recolección de basura. 
▶ Dos y medio millones para
material de construcción
(láminas, tinacos, etc).

▶ Apoyo a la campaña de WIM “AYUDANDO A QUIENES NOS AYUDARON” por  doscientos mil pesos.


No te moriste.
Estás vivo, sí, pero te duele algo aunque no sepas qué es

Llegas a Acapulco y el sol te deslumbra. No hay árboles que aminoren la brillantez que irradia. No hay sombra. No hace tanto calor como suele hacer en verano o primavera, pero el Sol… Hay un silencio incómodo del que nadie habla, la ciudad parece muda, todo se oye “quedito”. No se escuchan bocinas de camiones o coches pese a que hay tráfico pesado. No hay escándalo, la gente en su mayoría camina y anda la ciudad con un semblante ido, sin risas, sin pláticas, sin ese “no sé qué” propio de la gente costeña. El vapor y un olor raro se entremezclan. 

En otras ciudades la gente no te entiende cuando le dices que vas de Acapulco. No entiende tu ánimo. No entiende que no tengas hambre, que no se te antoje nada, que la comida sepa insípida, que no tengas ganas de platicar, escuchar música o ‘echar relajo’. No entiende que añoramos los atardeceres multicolor, el mar en el horizonte, el cielo despejado y la brisa marina. 

No comprenden que si se nos sale una risa o disfrutamos algo empezamos a sentirnos culpables, como si traicionáramos a Acapulco y a nuestra gente. Hay un duelo. De pronto no sabes ni por qué ni de qué, pero hay un duelo. No te moriste, es verdad… pero la vida como la conocías, tu rutina, tu dinámica, tu día a día ya no existe. No existe el café en el que parabas por las mañanas, la panadería, el puesto de periódico o el voceador en el semáforo; no está la parada del transporte público, el olor de la gente a recién bañada, la fila de coches en la entrada de la escuela, se ausentó el grito mañanero de “bolilllo de leña”, el silbido del carrito de los camotes o el perifoneo del “pan de La Venta”. No hay olor a pollo asado, a los madrugadores tacos de canasta o el relleno dominical.

No te moriste. Estás vivo, sí. Pero te duele algo aunque no sepas qué es, ¿es la incertidumbre de que tu familia viviera y que sentiste la mañana siguiente? ¿Son los kilómetros caminados para encontrar a tus seres queridos? ¿son acaso los años que tardaste en comprar tus muebles? ¿Los días de trabajo invertidos para comprar tu casa o tu coche? ¿Es la ausencia de los perritos sin hogar que paseaban por tu calle? ¿Es el arrepentimiento de no haberlos metido a tu casa? ¿Es la tristeza de los vecinos que lo perdieron todo o la tristeza propia? ¿Es tal vez la indiferencia de la gente? ¿La indolencia? Te duele que el mundo haya seguido. Duelen las casi tres horas encerrados en el baño y en las que pensaste que te morirías, que te llevaría el aire, en las que sentías que el viento arrancaba los edificios, el estruendo de objetos que se estrellaban en las paredes, barandales y ventanas, el crujir de los cristales y el aullido interminable de los perros y del viento… el viento que parecía una persona gigante gimiendo de dolor y furia en el exterior. 

Nos sentimos rotos. Duelen los oídos que sentías reventar y el silbido que todavía tienes con la sensación de tenerlos tapados. Duele el estigma de lo que hicieron otros pero que pagamos todos. Duele el mal trato en otras ciudades en las que no estás por gusto sino por necesidad, duelen las groserías, las malas caras, las filas eternas para conseguir comida en un supermercado que no conoces con caras largas y a disgusto con tu presencia porque llevas puesto lo que alcanzaste a rescatar. 


LA AIMMGM agradece al Ing.  René Valle de la empresa MacLean por su gran apoyo a la labor de desocupacion de Mundo Imperial en los días siguientes al impacto del huracan, sin su ayuda esta labor se hubiese complicado aun mas.
Muchas gracias.


Ese puerto en el que se refugiaban cada puente, cada vacación, navidad, fin de año, en el que disfrutaban cenas, fiestas, bodas y conciertos. Hoy es al revés, por eso no comprendemos el desdén hacia la gente que en momentos de disfrute los arropó. No se preocupen, no será para siempre porque de peores hemos salido y de más abajo nos hemos levantado. 

No molesta Chilpancingo, no es el lugar; es la actitud agrandada de muchas personas. Si hoy Chilpancingo y otros municipios son el refugio de miles de familias acapulqueñas es porque increíblemente no existe otro municipio más desarrollado que Acapulco en el estado. No existe otro municipio con la misma cantidad de tiendas, la capacidad de alojamiento, la conectividad, marítima, terrestre y aérea, la variedad y oferta de productos y servicios que el puerto tenía y ojalá recupere. 

Décadas y décadas de administraciones de todos los partidos y algunas familias que obstaculizaron el progreso del resto del estado es lo que vivimos hoy en una ciudad que tiene unos pocos supermercados, una plaza comercial (la otra son locales juntos), un Walmart y un Sam’s. Ojo, no es la ciudad ni su gente, es la forma en que han administrado el municipio unos cuantos. 

Me van a decir que Zihuatanejo, ajá, que tiene atención médica bastante limitada. Me van a decir que la zona Norte, donde no dejan llegar franquicias porque unas cuantas familias (las de siempre) dejarían de ganar. Me van a decir que la Zona Centro, donde las principales actividades económicas son… corrijo, es (en singular) pertenecer a la burocracia. 

Históricamente no hay, no existe la diversificación económica en Guerrero. Acapulco aporta o aportaba el equivalente al 40% del presupuesto estatal anual, la situación del puerto afecta a todo el estado.

Nos preguntan ¿qué queremos? Algunos osan asegurar que pretendemos que nos limpien hasta las casas; afirman que no queremos mover ni un dedo. No es así. La mayoría lo primero que hicimos cuando nos recuperamos del shock de ver la ciudad y nuestra vida desecha e inundada, fue precisamente sacar tierra, lodo y cosas rotas de nuestras casas para sentir que al menos al interior había un poquito de paz y un ligero orden. No estamos pidiendo nada regalado, quien se traslada tiene dinero para consumir (sin precios abusivos). Por lo pronto, las y los acapulqueños sólo queremos empatía, un abrazo y si se puede que no nos pongan caras cuando llegamos a un lugar.

Abraham Santamaría. Director de Turismo de Reuniones y Generación de Negocios. Guerrero 

A Otis le tomó unas horas destruir todo 

Un huracán va a entrar, prepárense tomando las medidas necesarias”, fueron las indicaciones que Oyuki Ramírez, colaboradora de Grupo Radio Fórmula, recibió minutos antes de que el huracán Otis azotara con una fuerza sin precedentes. Nadie se esperaba que aquel huracán fuera tan terrible: “En parte nos confiamos. No esperábamos que pasara, como pasó”. Una vez que Otis tocó tierra, las horas fueron angustiantes; el viento nos obligó a usar colchones y refrigeradores para resguardarnos, el viento sonaba de un modo que jamás lo habíamos escuchado, jamás pensamos vivir algo así. 

Una vez que salí de casa, y vi la destrucción de Acapulco lloré por la impresión, fue como si nos hubieran bombardeado. Al día siguiente, casi a las 12 de la noche, recorrí en auto la avenida Escénica, y fue una dura impresión ya que no había ninguna luz, la oscuridad era aterradora; abrí los ojos lo más que pude para no quedarme varada. 

Pese a la terrible situación en que el puerto se encontraba, la ayuda requerida no llegaba. Acapulco ha sobrevivido a otros huracanes y temblores, sin embargo, a Otis le tomó unas horas destruir todo. Sencillamente se tarda unas horas más y nos desaparece. 

Una pregunta se hace Oyuki y es: ¿Por qué a nosotros? Esto es una pesadilla. Sin embargo, en medio de la pesadilla que vivía, se preocupó por las personas asistentes a la XXXV Convención Internacional de Minería, ya que sabía que el Fórum se encontraba lleno de convencionistas. “A pesar de todo aquí andamos”. 

Oyuki Ramírez. Colaboradora de Grupo
Radio Fórmula

Dos horas de sentir como si fuera un sismo el que no paraba

El 13 no es un número de mala suerte. El martes 24 de octubre de 2023, esa superstición falló. 13 periodistas salimos ilesos de un autobús en el que vimos, sentimos y sufrimos el paso devastador del huracán Otis en Acapulco, que tan sólo unas horas antes era una tormenta tropical. 

Eran casi las 23:00 horas cuando abordamos el autobús para trasladarnos al hotel. Pasó mucho tiempo hasta que decidimos hacerlo porque para ese momento el viento ya soplaba fuerte y empezaba a tirar ramas y árboles en el camino. Javier, un joven conductor fue esquivando los obstáculos y sugirió dejarnos en el hotel Princess y ocupar el refugio de ese lugar. Decidimos continuar hasta el hotel Pierre. Íbamos parados porque estábamos mojados y si escurría el agua en los asientos no podrían ser utilizados para el siguiente día que continuaría la Convención. 

Nuestro joven, pero ávido conductor logró estacionarse a escasos metros del lobby del hotel, pero ya fue imposible bajar. Intentarlo era un suicidio porque seríamos arrastrados por la furia del viento o recibiríamos alguna palmera, rama, poste, lámpara o cualquier otro objeto de los que ya empezaban a volar. 

No había manera de ganarle a Otis. Magistralmente Javier, ubicó la unidad a un lado de una camioneta blanca de pasajeros. Se acercó  lo más que pudo al techo de la bahía de autos. Recomendó cerrar las cortinas de tela, ocupar el pasillo y proteger nuestra cabeza con las manos. 


LA AIMMGM agradece a Gerardo Loera de la empresa tbsk por su generosidad y haber hecho posible que muchos de los convencionistas y expositores nos hayamos  podido comunicar con nuestras familias en las horas siguientes al impacto del huracán.
Muchas gracias.


La plática fue cambiando su curso; los chistes se disipaban; los comentarios sobre lo aterrador ya no se expresaban. Las caras mostraban preocupación e incertidumbre. Los vidrios de las ventanillas empezaron a tronar.  A las 12:20, ante la magnitud de lo que estaba viviendo, decidí pedir una cadena de oración en el chat familiar y los puse al tanto de la situación. Compartí la lista de los periodistas, incluido Lalo, mi esposo; mi compadre y compañero de trabajo Beto; Miriam, Sharay, Christoph, Christopher, Saraí, Maribel, Luis Pablo y Luis Carlos, el gran Luis Carlos que con su enorme estatura me hizo sentir que tenía un escudo adicional al de Dios.

Dos horas de sentir como si fuera un sismo el que no paraba. Sin luz, sin conexión a internet, sólo con el vehículo encendido para que pudiéramos cargar el celular porque era evidente que la energía faltaría por las siguientes horas y días.

El autobús volando; el autobús con una palmera encima; el autobús con algún fierro incrustado; el autobús con el parabrisas desecho eran las escenas que mi mente negativa imaginaba; pero mi mente también luchó por mantener mi fe en Dios y en la oración en cadena que pedí a mi familia. 

Alrededor de las 2 de la mañana, cuando evaluamos que la furia de los vientos había amainado, salimos del autobús. Nos tomamos de las manos o enlazamos nuestros brazos. Era una larga cadena humana de 13 almas pidiéndole a la naturaleza, a Dios o quién sabe a quién o qué una segunda oportunidad. Una cadena humana de vida que dio ejemplo a los tripulantes de una camioneta que se había estacionado casi al mismo tiempo que nosotros y que al ver nuestra decisión de vida hizo lo mismo. 

Al interior del hotel nos resguardaron en un área segura. Hubo quienes lucharon por cerrar puertas y evitar la caída de vidrios cuando colapsaron los ventanales del refugio; otros más decidieron esconderse en el closet o en la tina de baño de su habitación y pasar las horas de terror en aislamiento. Todos vivimos nuestra propia pesadilla.

Al siguiente día, cuando miré la devastación de Otis vi mi habitación destruida. Mi maleta con objetos personales voló. Alguien preguntó: ¿Perdiste tu maleta? Y respondí: Gané vida.

Esther Arzate. AK Comunicación

Al abrir la puerta, vi que nada estaba bien 

Con mi familia sentí los primeros embates del viento, poco a poco fue avanzando, rachas sostenidas de viento incesante que rompieron los cristales. Nos ocultamos en casa y el tiempo que duró el huracán nos pareció una eternidad, sólo resistíamos esperando que el viento cesara. Al lado hay un edificio muy alto y todos los cristales eran proyectiles que impactaban las ventanas de mi casa. Vi tinacos, tanques estacionarios, árboles volar, muchos techos, láminas que se convertían en proyectiles, armas filosas que causaron la muerte

A la par del miedo y la incertidumbre por lo que estaba ocurriendo y atrapados en la oscuridad escuchamos a gente gritar suplicando por ayuda, no había luz y por supuesto tampoco telefonía, pues la perdimos muy pronto. Al día siguiente, al salir de casa nos dimos cuenta de una cruda verdad, nada estaba bien en ningún lado. No pude caminar más de cinco metros ni para un lado ni para el frente; Acapulco se quedó sin arboles, plantas y aves. Muchas mascotas, así como perros y gatos que vivían en la calle murieron. 

Al ver la catástrofe en la que el puerto estaba sumergido asumí que la cifra oficial de personas fallecidas o desaparecidas podía aumentar. Con profunda tristeza vi como Acapulco se había quedado sin esa estructura turística que da de comer a miles de familias. Sin restaurantes y hoteles. Se cayeron sitios emblemáticos del puerto, las discotecas están destruidas, no hay en este momento un asidero económico para Acapulco, no hay una manera en que podamos ver una salida.

Con el propósito de evitar tragedias durante los temblores en México, Acapulco optó por construir de una manera muy ligera “hoy parece algo de verdad irónico”. 

En medio de la tragedia mantenemos la esperanza: Hay que enfrentar la vida.

Edgar Neri. Director Revista 99grados

El poder de Otis entró a casa por la ventana 

Tenía una misión: colaborar en las acciones de comunicación de la XXXV Convención Internacional de Minera desde el día de la inauguración. Sin embargo, lo inimaginable estaba apunto de pasar: Conforme corría el tiempo, fueron cambiando las noticias y estuvimos esperando a la gobernadora del estado de Guerrero; al final no se presentó porque ya se había informado que el huracán entraba en categoría cuatro o cinco.

Tomé la decisión de regresarme hasta la avenida la Diana en el fraccionamiento Paradón, todavía me tocó el paso de un túnel que nos permitió agilizar el paso. Durante el trayecto, vi la caída de un árbol -que casi impactó sobre un vehículo que acababa de rebasar- y traté de notificar y hacer una transmisión. Hicimos la transmisión en vivo que atestigua todo lo que platico. Ya no me detuve hasta llegar a casa, donde apenas hubo tiempo de bajar del automóvil porque ya comenzaba el viento.

Una vez dentro, sólo escuchaba el sonido de los vidrios rotos que llegaban como proyectiles a las ventanas. Lo mismo objetos como tinacos y láminas, todos volaban con la misma furia. A pesar de los despiadados vientos, las ventanas resistieron, aunque parecía que alguien usaba una manguera a presión, metiendo agua por todas las rendijas. 

A la mañana siguiente, cuando pudimos salir, fuimos testigos del caos y destrucción que Otis había dejado. La experiencia fue muy fuerte y todavía la recordamos como si fuera hoy. 

Jesús Espinoza. Fotógrafo

Paraíso perdido

El 23 de octubre, Ana Guillermina Camarena, directora de Promoción del Fideicomiso de Promoción Turística de Acapulco (FIDETUR), salió de la Ciudad de México hacia Bogotá para un viaje de trabajo que había planeado desde hace un año. 

En Bogotá, no dejaba de checar la trayectoria de OTIS. Lo que había sido catalogado como una tormenta tropical se tornó en algo más. “Hablo con una amiga y dice que el viento se escucha como si rugiera. Ella vive atrás del Cici y sus ventanas se cimbran. Le sugiero refugiarse en el baño o en su vestidor, con una lámpara, su celular, agua y algo de comida. Mi amiga tiene mucho miedo”. 

Lo que era una tormenta tropical se transformó en un horrible monstruo de huracán categoría 5. Pegó y se mantuvo destrozando todo el Puerto, ventanas, puertas, árboles, palmeras y todo lo que encontraba a su paso, el viento alcanzó más de 250 kilómetros por hora. Para ese entonces, la noticia se transmitía en todos los canales de otros estados y países; sin embargo, la gente de Acapulco estaba totalmente incomunicada, angustiados por no saber de sus familiares. Era desesperante no saber de tu familia, y mi familia son mis compañeros. 

Debido a los terribles acontecimientos regresé a la Ciudad de México, donde logré tener comunicación con mi jefa por medio de una antena, pero de mis compañeros no sabía aún nada. Decidí instalarme en Ixtapa Zihuatanejo, donde los días pasaban y seguía viendo las imágenes de los destrozos: Imágenes que te destrozan el alma. 

El 3 de noviembre lancé una convocatoria para llevar víveres a un acopio y se recibió ayuda de lugares como Guadalajara, Monterrey, Alemania y Ciudad de México, por mencionar algunos. Cinco días después salimos hacia Acapulco. Tramos de la carretera antes de llegar había gente pidiendo agua, comida y ayuda. Entramos por Diamante y lo que vi fue increíble, todo derrumbado , árboles secos sin una hoja, todo gris y triste, fue un shock muy fuerte, nada que ver con lo que se ve en TV, estar en persona es diferente, nunca lo olvidaré. Conforme se avanzaba el panorama era peor. Hacia la costera había edificios destruidos, y el calor era intenso. 

El Acapulco de antes tal vez no era perfecto, hoy tenemos una gran oportunidad para lograr todos unidos, levantar este hermoso puerto, un lugar que guarda miles de historias de alegría, de triunfos, de celebraciones. Por eso digo, ACAPULCO LEVÁNTATE, demostremos de qué estamos hechos SOMOS UNOS GUERREROS. 

Otis, miedo indescriptible

Quienes asistimos a la XXXV Convención Internacional de Minería en Acapulco, Guerrero, sufrimos y padecimos una fuerte angustia que nos hizo temer por nuestra vida. Si bien en las instalaciones de los hoteles había refugios acondicionados para este tipo de eventos, la naturaleza sorprendió hasta a los propios lugareños, pues no esperaban que Otis arribara con fuerza devastadora categoría 5.

Muchos de los que estuvimos en el lugar, jamás habíamos vivido una experiencia de ese tipo, sobre todo si en el puerto la mayoría de la gente nos decía: “no va a pasar nada”, “sólo es una tormenta”, “pasará pronto”.

Vivir el paso de Otis fue de un miedo indescriptible, yo estaba en el piso 12 del hotel y cuando pretendía bajar para protegerme y buscar refugio, no lo pudo hacer; fueron momentos de angustia, viendo como el agua y viento, con una fuerza cerca a los 250 kilómetros, penetraban por cada uno de las puertas y ventanas que había derribado.

Cuando quise bajar por las escaleras de emergencia para salir de mi habitación y refugiarme en donde nos indicó el personal del hotel, ya no pude hacerlo. El viento estaba muy fuerte y al tratar de regresar a mi habitación me cayó un plafón y entonces quedé atrapado ahí, mientras pasaba el huracán.

El plafón sirvió para resguardarme porque el viento estaba demasiado fuerte; desde ese lugar, vi como el huracán arrasaba con todo. Ya que pasó la fuerza del viento, unos compañeros me sacaron de abajo del plafón, me liberaron y ayudaron a bajar al refugio que nos habían asignado.

Habrá decenas de narrativas en torno a esta tragedia, unas más intensas que otras. Pero lo mejor de todo es que gracias a la pronta reacción que tuvieron los organizadores de la Convención salimos a tiempo para evitar convertirnos en una carga para quienes se quedaron en Acapulco.

Ricardo Esquivel, Gerente legal
de Industrias Peñoles 

Una tormenta tropical que se convirtió en huracán categoría 5

Durante el huracán temí muchísimo por mi vida, ese día era la inauguración de la Convención Minera y había gente de todos lados, a las 9 de la noche todavía se seguía festejando en la Expo. Lo que debo destacar es que no existía ningún tipo de información sobre lo que se avecinaba, al preguntar en el lobby del hotel, me dijeron que no me preocupara, que al día siguiente todo estaría bien, los restaurantes abiertos, las actividades como siempre, lo normal pues.

Más tarde, ya en mi habitación, alrededor de la media noche, el viento ya se escuchaba con un estruendo ensordecedor, parecía como si hubiera una turbina de avión en mi ventana, ya no había luz y tampoco internet y en ese momento el edificio empezó a moverse por la fuerza desmesurada del viento. En este punto, quiero decir que he experimentado otros fenómenos naturales, la duración de un temblor es de unos segundos o 1 minuto y otra cosa es ya un temblor que dura más de dos horas, para ese momento yo estaba verdaderamente atemorizado por la resistencia e integridad del hotel.

Por la mañana, al salir del cuarto vi en toda su dimensión los destrozos provocados por Otis, cristales rotos, pasillos inundados, escombros por doquier. En medio de todo este caos menciono la generosidad de la gente del hotel, que sin saber de sus propias familias, organizaron un comedor y nos ofrecieron alimentos.

La incomunicación ya era un gran problema porque no podíamos comunicarnos al exterior. Sobra decir que no había forma de salir, el aeropuerto estaba totalmente destruido y por las carreteras no había paso. En este punto, algo a destacar es el apoyo recibido por la AIMMGM, ya que el Ing. Luis H. Vázquez y el Lic. César Vázquez, indicaban lo que debía de hacerse y compartían información. Al final, empresas como Peñoles y Frisco consiguieron llevarse a mucha gente de su personal y el resto salimos en los autobuses que la Asociación puso a nuestra disposición.  

Juan Pablo Carrión. Coordinador Tazón de Minería, Metalurgia y Geología. AIMMGM


Solidaridad con la población de Acapulco, guerrero

LLegamos como amigos y salimos como familia” escuché decir lo anterior a un Socio y me hizo reflexionar que efectivamente en esta XXXV Convención Internacional de Minería en Acapulco, fue el sentimiento general después del Huracán Otis.

El pensamiento de esta Gran familia Minera a la que pertenecemos nos inspiró desde el primer día que empezamos a planear los eventos y actividades, así como los regalos que podríamos conseguir para el Programa de Acompañantes del Comité de Damas de la Asociación de Ingenieros de Minas, Metalurgistas y Geólogos de México. Todo el trabajo realizado lo hicimos con gran cariño y dedicación para que fuera de la satisfacción de las señoras.

Fernanda Familiar impartiría una interesante conferencia, y durante los dos días que se transmitiría su programa (escuchado en México y el extranjero) abordaría entre otros temas la historia del Comité de Damas y su loable misión de otorgar becas a estudiantes de Ciencias de la tierra. Cabe mencionar que en esta edición se haría también una entrega de reconocimientos a Socias distinguidas y nuestra importante Asamblea General.

Otras actividades destacadas que se presentarían era un desfile de Huipiles y joyería de plata del estado de Guerrero, patrocinado por la Secretaría de Desarrollo del Estado de Guerrero, Mtra.Teodora Ramírez Vega; un desfile de Modas del Palacio de Hierro y por supuesto, los eventos recreativos a cargo de Susana Zavaleta y Rogelio Ramos.

Cualquiera pensaría que nos perdimos de esto y otras actividades. Sin embargo, trás el paso de Otis fuimos bendecidas por un saldo blanco. Esta tragedia, creo, al final nos deja un recuerdo de unión, compañerismo y humanidad en cada una de nosotras, ganamos así más de lo que perdimos.

Agradezco a la Sra Concepcion de Vázquez; a Vanessa y Mónica de Mundo Imperial; a Rocio y César de la Asociación; a Samanta Moreno; a Turismo y Convenciones; a los Proveedores y Compañías Mineras, pues con su ayuda logramos un apoyo a nuestros becarios; al Ing Luis Humberto Vázquez, y en forma especial a mi esposo Ricardo Moreno. Con la ayuda de todos llevé a buen término mi trabajo como Coordinadora General del Programa de Acompañantes. Y sobre todo, doy Gracias a Dios porque todos estemos bien.

Lolita Cardona de Moreno
Coordinadora de la XXXV Convención
Internacional de Minería. Comité de Damas

Queridas amigas todas, socias y no socias de la AIMMGM A.C., un año antes con gran minuciosidad y cariño habíamos comenzado la planeación del programa de actividades que se realizaría durante la XXXV Convención Internacional de Minería; la embestida y fuerza del huracán Otis nos tomó por sorpresa y ya no fue posible lograrlo, resta decir que lamentamos mucho lo sucedido.

A bordo de una camioneta, recuerdo todavía repasar mentalmente el mensaje que daría al inicio de actividades al otro día, cuando se desató la fuerza del huracán, la velocidad del viento barría literalmente con todo a su paso y de pronto el único pensamiento era desear que todos estuviéramos a salvo. Al día siguiente pudimos constatar la destrucción material y devastación provocadas por Otis; sin embargo, lo que vivimos no tiene comparación con lo que perdió la gente de Acapulco y se tardará tiempo en la recuperación.

La vocación del Comité de Damas, es el servicio y siempre respondemos ante las necesidades de los grupos en nuestras áreas de influencia, llámese comunidades mineras, estudiantes, ancianos, mujeres, niños.  Los mineros somos una comunidad extendida por todo el país y si algo nos caracteriza es la unidad, la hermandad, la solidaridad y el servicio.

Aunque la mayoría vivimos lejos de la zona de desastre, a partir del 24 octubre, Acapulco se ha convertido en nuestra área de influencia. Por todo lo anterior, las invito a solidarizarnos con la población de Acapulco, que han sido nuestros anfitriones cada dos años y brindar su apoyo a través de donativos, la AIMMGM ya lo hace pero todavía queda mucho trabajo por delante. 

Destaco la gentileza y generosidad del personal en los diferentes hoteles sede, gente que en las horas posteriores del huracán, aún sin saber la situación de sus propias familias, nunca dejaron de ofrecer su servicio y atendieron a los convencionistas 

Quiero expresar mi agradecimiento a todas ustedes. Cada una tiene su propia historia de terror, pero en medio de la tragedia destacan los actos heroicos, relatos de enorme generosidad que de verdad son una muestra que ante la desgracia, aflora la bondad y el buen corazón de las personas.

¡Gracias Acapulco, que pronto estés de pié!
Sra. Concepción Cortés de Vázquez
Presidenta del Consejo Directivo General del Comité de Damas, AIMMGM


APOYA LA AIMMGM lA RECONSTRUCCIÓN DE ACAPULCO

Limpieza del Puerto

Una de las actividades prioritarias y necesarias que se está emprendiendo actualmente para atender las necesidades de la población de Acapulco
es la recolección de los escombros y basura generados por el paso del Huracán Otis. La Asociación de Ingenieros de Minas, Metalurgistas y Geólogos de México se ha sumado a esta labor y por conducto de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, Delegación Guerrero, se firmó un contrato para disponer de una retroexcavadora y cuatro camiones de volteo para la recolección de escombros de distintos puntos del Puerto de Acapulco, con un costo mensual de $360, 760  más los gastos de diésel. Desde los primeros días de noviembre se ha contribuido a la limpieza en 12 puntos del Puerto:

  1. 7 leguas, Mario Canario y El zorrito; en zona diamante,
  2. El tío Pepe, Los Fodongos y la calle Rivadavia; en la zona de Costa Azul
  3. María Bonita y Mala Hierba; en la zona de Llano Largo
  4. El fogón, Aquiles Bulldog en la zona de galerías Diana
  5. El Morrito, El Chaneque, Terraza Disco, Kalei en la zona del Hotel Hotsson y el Hotel Acapulco
  6. El zorrito y La costeñita en la zona de galerías Acapulco
  7. Sabor Guerrero en la zona de Costa Azul
  8. Chelas & Burger en la zona de Progreso
  9. La cabaña y hotel Acamar; en la
    zona de playa Caleta”.
  10. El anzuelo; en Playa Hornos.
  11. El Morro, Vereda Tropical, Tacos Tibu, Nono y Pollo Caliente en la zona de la costera Miguel Alemán.
  12. Las Calles: Capitán James Cook,
    la calle Horacio Nelson, calle Parían y calle San Martín.

Actualmente se está trabajando en las calles de la colonia Progreso.Se tiene previsto, extender este contrato un mes más para un gasto total de $721,520 más gastos de diésel.


Apoyo a los trabajadores del Mundo Imperial y de los hoteles Palacio Mundo Imperial, Princess y Pierre Marqués

En reciprocidad a la generosidad y solidaridad del personal de Mundo Imperial y  de los hoteles Palacio Mundo Imperial, Princess y Pierre Marqués  durante el impacto del Huracán Otis y los días posteriores con los asistentes a la XXXV  Convención Internacional de Minería, la Asociación de Ingenieros de Minas, Metalurgista y Geólogos de México donó despensas a sus trabajadores. En total fueron 1700 despensas donadas, cada una contiene  50 productos, tiene  un valor de $749 y un peso de 12.3 kg. En total 20 toneladas con un valor de un millón 273 mil pesos. Las despensas fueron entregadas el pasado 2 de diciembre en las instalaciones del hotel Princess.


Apoyo a WIM

Através de Mujeres WIM de México, las empresas del sector minero buscan reconstruir al menos cien viviendas para las familias de Guerrero que fueron afectadas por el paso del huracán Otis, que dejó daños por más de 269 mil millones de pesos y por lo menos 3 millones de personas damnificadas. Hasta el momento, las autoridades federales y el gobierno de Guerrero contabilizan daños en más de 273 mil 800 viviendas por el paso del huracán Otis, de ahí que Mujeres WIM firmó una alianza con la Fundación TECHO para reconstruir viviendas en las zonas afectadas. 

La reconstrucción de las viviendas se llevará a cabo en varias etapas, en la primera, que se llevará a cabo durante el primer trimestre del próximo año, se esperan reconstruir alrededor de 50 viviendas, sin embargo, Gustavo Alvizo, director general de Fundación TECHO, aseguró que la meta es llegar a las 100 viviendas reconstruidas.  La Asociación de Ingenieros de Minas, Metalurgistas y Geólogos de México (AIMMGM) realizó ya la primera donación a la causa por un monto de 200 mil pesos a fin de contribuir con la atención a la contingencia.