Tiempos de cambios y reestructuración
Por: Juan Manuel González C.
Recientemente, se realizó la presentación del libro La Jubilación, escrito por María del Carmen Rubio Zapata, un libro interesante que describe los preámbulos de la jubilación, sus efectos en las personas y como abordarlos con éxito. En este libro, María del Carmen explica el concepto de la jubilación, la prejubilación, las teorías sobre la jubilación, las diferencias en la jubilación de las mujeres y de los hombres, la adicción al trabajo, los factores que influyen en la decisión para jubilarse, las reacciones psicológicas en el proceso de jubilación y su efecto en el envejecimiento, entre otros temas, todos muy interesantes.
A una lagunera de 67 años, le gustaba mucho su trabajo en servicios financieros, pero las exigencias del trabajo eran cada vez mayores y su vida continuaba avanzando. Tenía sus finanzas personales en orden y se percataba de que sus amigos estaban falleciendo, incluyendo uno que recientemente se jubiló. Ella decidió que había llegado el momento de jubilarse. Dice: “Sentía como si estuviera eliminando una parte de mi vida.”
Muchas personas no pueden darse el lujo de jubilarse porque simplemente, no pueden dejar de recibir un cheque de pago por su trabajo, lo requieren para su vida diaria. Además, decidir cerrar el capítulo de la trayectoria laboral, puede generar conflictos existenciales. Si se espera demasiado, es muy probable que se arrepienta de los años en exceso dedicados al trabajo. Y si deja de trabajar demasiado pronto, podría sentirse perdido en su nueva vida, sin saber como llenar el tiempo disponible que antes no se tenía.
El retiro del trabajo daña gravemente la autoestima de muchas personas, retirarlos de la vida de las empresas dinámicas prácticamente los mata. Quien se retire de su trabajo o quien tenga muy cerca la jubilación debe, ante todo, buscar otras actividades que sustituyan dicho trabajo. Si no hace planes no encontrará con que llenar el vacío de sus días, de manera que éstos sigan siendo productivos. Y aferrarse al trabajo no es la respuesta, Si la persona que se retira tiene recursos creadores, o si los adquiere, sus días de retiro serán años de cosecha, dedicado a las cosas que siempre quiso hacer pero para las que nunca tuvo tiempo.
Nuestra expectativa de vida ha cambiado y hoy es mayor que en el pasado, 75 u 78 años de expectativa significan un tiempo mucho más largo y una oportunidad para disfrutar la plenitud y la realización en nuestra jubilación. Hasta hace poco tiempo, la jubilación era solo un breve respiro entre el trabajo agotador y la muerte. Hoy la vida en la tercera edad puede extenderse tres décadas o más. En 1950 no había personas de 100 años o más en México, hoy son más de 18,000 y continúan en aumento.
En la jubilación, si se presenta cuando aun no estamos preparados para ella -lo cual desafortunadamente así sucede en muchísimos casos-, las investigaciones muestran que demasiadas horas vacías al ya no tener trabajo pueden hacernos sentir miserables. Considere la posibilidad de ir reduciendo gradualmente su ritmo de trabajo, mezclando en su tiempo disponible un nuevo rol o actividad creativa, haga labor de preparación y estará listo para iniciar uno de los capítulos más importantes de su vida.
Para disfrutar la vida de jubilado se tienen que establecer prioridades, la primera es la salud, debemos procurar vivir una vida saludable en todos los aspectos: La práctica de las revisiones médicas preventivas, una buena alimentación, la práctica del ejercicio, evitar los hábitos que afectan la buena salud. Aunado a los aspectos de la vida saludable, debemos procurar tener adaptabilidad, el mundo cambia constantemente y a velocidad vertiginosa. Nuestra preparación para la vida debe continuar aun en nuestra jubilación. Aprender constantemente, desarrollar nuevas habilidades, invertir tiempo en crear nuevas relaciones personales y mantener óptimas las actuales.
Algo que está plenamente comprobado y que ayuda mucho en la jubilación y en la salud, es la participación social y la convivencia con los demás. El trabajo voluntario en organizaciones de beneficencia es enriquecedor y nos hace sentir plenos. Quien se mantiene activo todavía tiene la posibilidad de crecer en terrenos que nunca llegó a explorar, siempre hay nuevos mundos que conquistar, nuevas formas de entregarse a la vida y a los semejantes.
Mucha gente piensa que el dinero es la solución para el retiro, pero miles de experimentos hechos acerca de la longevidad indican que no es así. El dinero no constituye un factor clave para la dicha de los jubilados. Los investigadores encontraron que la preparación, la vitalidad, el interés por el mundo contemporáneo, darle un sentido a nuestra vida y la capacidad de encontrar agrado en la relación con los demás, son las cosas que hacen dichosas a las personas en el retiro.
Quizá estemos obligados a aceptar una jubilación laboral injusta y prematura pero socialmente legal y aceptable, pero, la jubilación de vivir la decidimos cada uno de nosotros, no tenemos por qué jubilarnos de la vida presionados por el entorno, esa es una decisión muy personal. Los efectos psicológicos de una jubilación forzada pueden provocar que una persona acelere su proceso de envejecimiento físico y mental, en comparación con otra que continúa siendo activa. Los aspectos negativos de la jubilación se inician en la mente y luego se reflejan en el cuerpo físico, las células obedecen las órdenes que reciben de ir “apagando el sistema”.
Quien tiene autoestima, verdadero amor propio y no se siente viejo, creará dentro de sí ideas con espíritu y metas que seguirán impulsándole. Cuando despierte por la mañana se sentirá con ánimo de disfrutar más de la vida y no se sentirá viejo mientras viva. Si usted ama la vida, no se retirará jamás de disfrutar de ella. ¡Usted decide su jubilación!